Si te preguntáramos para qué sirve una cámara de videovigilancia en una comunidad de propietarios, seguramente nos responderías que para protegerla, mejorar la seguridad de la misma y para disuadir de actuar en ella a personas con intención de cometer un delito.
Probablemente también pensaras en las cámaras como herramienta para solucionar problemas vecinales de convivencia o actos de vandalismo pero ¿y si te decimos que las cámaras sirven para mucho más? Sigue leyendo y descubrirás cinco funciones que no te esperas y que convierten a la videovigilancia en un gran aliado del bienestar vecinal.
- Detección de incendios: una columna de humo incipiente en las zonas comunes, unas llamas que todavía no alertan a nadie si no se pasa cerca de ellas o incluso un chispazo, pueden ser vistos fácilmente por parte de los profesionales del servicio de vigilancia que estén haciendo las rondas a través de las pantallas de la Central. De este modo, las cámaras contribuyen también a evitar incendios en el bloque.
- Descubrimiento de vecinos en apuros: “El verano pasado, mi padre se cayó en el pasillo de los trasteros del edificio en el que vive” cuenta Paloma. “No llevaba móvil, es un hombre mayor ya y con 85 años le cuesta adaptarse a las tecnologías. Cuando se cayó iba solo y no había nadie más en los trasteros. Gracias a la videovigilancia nos enteramos enseguida. Los vecinos fueron a levantarlo, llamaron a la ambulancia y la cosa no fue a más. No quiero ni pensar qué hubiera sido de él si nadie lo ve ni le oye gritar y hubiera estado en el suelo con la cadera rota” recuerda. En casos como éste, las cámaras resultan muy útiles para los vecinos. Un auténtico servicio público.
- Detección de animales ajenos sueltos: para una comunidad de propietarios resulta relativamente sencillo llevar un control de quién tiene animales en su piso y de qué tipo son pero ¿qué pasa si entran en las zonas verdes y de ocio animales ajenos? En estos casos, una buena instalación de cámaras también nos ayuda a localizarlos, identificarlos y capturarlos para devolverlos a sus dueños (en caso de que los tengan) o ponerlos a disposición de la administración competente.
- Recuperación de objetos perdidos: a veces bajamos con libros, juguetes o aparatos electrónicos a los jardines, o las pistas de la comunidad, nos despistamos y, al volver a casa, no lo llevamos todo. Las cámaras también recogen imágenes de aquellos objetos que dejamos olvidados en su radio de acción, así como de si alguien los coge o los cambia de sitio. Una utilidad más, sobre todo si lo que hemos extraviado es de mucho valor (como es el caso de móviles, gafas o aparatos reproductores de música).
- Detección de escapes de agua: para ilustrar esta utilidad, Cefe (presidente de la comunidad de propietarios de uno de los bloques de una urbanización de ocho edificios) nos cuenta un caso que les ocurrió a ellos. “En los jardines tenemos aspersores para el riego y uno de los días se nos estropeó el mecanismo que los regula. Saltaron a media mañana, cuando no hay prácticamente nadie en el bloque, y empezaron a encharcarlo todo, porque no se detenían. Me llamaron para avisarme desde la empresa con la que tenemos contratada la seguridad y enseguida me puse en contacto con mantenimiento y pudimos solucionarlo” rememora.
Contar con una instalación de videovigilancia realizada por una empresa homologada y con Central Receptora propia y servicios de calidad contrastada y veraces revierte en beneficio de todos los vecinos de la comunidad y va mucho más allá de proteger nuestro bloque de actos delictivos. Bien utilizada, es una herramienta más para lograr el bienestar del edificio en el día a día.
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