Grandes ciudades suelen verse afectadas a menudo por actos vandálicos e incívicos. El caso más reciente el de Barcelona donde un edificio del Barrio Gótico del siglo XVI fue pintado por un graffitero. Madrid, por su parte, ha visto un crecimiento del 90% en la actividad graffitera desde el año pasado pero, ¿cómo frenarlo?
3 millones de euros al año destinados a limpiar graffitis
Entre 8.000 y 10.000€ son destinados diariamente a tareas de limpieza en fachadas y espacios públicos. El gasto para el erario público es cada vez mayor y lo que algunos defienden como arte urbano poco a poco comienza a convertirse en una herramienta para ganar seguidores en redes sociales.
Las pintadas distan mucho de los murales de hace 30 años. Ahora se trata de pintarrajos que no cumplen función artística sino de puro vandalismo. No da fama el hecho de que la pintada sea de mayor o menor calidad artística sino su ubicación; cuanto más peligro entrañe y más restrictiva sea la zona, mejor.
Piden sanciones más severas
Una de las medidas a adoptar será la de endurecer las sanciones económicas. En la actualidad en Madrid las multas por pintadas van de 300 hasta los 6.000€. Sin embargo, las multas económicas continúan siendo medidas ineficientes para controlar la problemática del vandalismo urbano.
Videovigilancia: una medida alternativa
En Badajoz y Asturias desde la alcaldía han procedido a la instalación de cámaras de videovigilancia para prevenir actos vandálicos. En Granada ya hacen uso de videovigilancia en el Albaicín para proteger el patrimonio histórico. En grandes ciudades esta tecnología puede resultar de gran utilidad para controlar la actividad.
Los productos de ESVision están pensados para vigilar actividad inusual en puntos de interés tanto de interiores como exteriores. Ante cualquier sospecha de actos vandálicos o delictivos se daría el aviso a las Fuerzas de Seguridad enseguida para su intervención.
